En Planetas habitables, la escritura de Elisa Díaz Castelo señala al lector los detalles microscópicos de aquello que lo rodea: los condimentos que son capaces de convertirse en veneno, los rasgos de nuestros ancestros que dan consistencia a nuestros cuerpos y personalidades, las dificultades de traducir nuestras ideas y sentimientos en palabra escrita. Con un estilo cada vez más maduro y reconocible, el léxico científico cobra una vitalidad lírica insospechada que, combinada con un humor y un erotismo de suma elegancia, coloca al lector en los espacios de cruce de dicotomías que han preocupado a la poesía por generaciones: la vida y la muerte, el olvido y la memoria, lo humano y la naturaleza. El resultado es una colección gozosa en la que el aparente caos de nuestro universo irradia un orden que, se evidencia como producto necesario de la particular sensibilidad humana.