
«El poema es aire, palabra que dice —silenciosa—, entre el pecho y los labios, siempre a punto de nacer, siempre a punto de morir. Canción que atraviesa el tiempo y lo devora, lo pierde, porque sólo es instante. Un aquí y un ahora que no acaban, y son la música de nuestros pasos, la música de nuestras manos, la música de los días… Raquel Jaduszliwer encontró una manera de asir ese canto sin afectarlo, sin equivocar el ritmo interior de las cosas y los seres que hacen presencia en él, sin traicionar su propia cadencia. Cada poema vuelve a ser aire inicial.